La noche ya ha retomado el control del mundo... se posa sobre la faz de la tierra cubriéndolo todo, protegiéndolo todo, calmándolo todo; la brisa dobla las palmeras, las hace danzar al ritmo de una triste melodia, casi un ritual secreto.
La vida pasa frente a nuestros ojos y el mundo gira a la misma velocidad siempre, no importa lo que suceda, al final nadie es indispensable.
Como mariposas revoloteamos a traves de la vida sin rumbo, casi al azar, se nos ha dotado de alas para poder aparentemente elegir nuestro destino, pero en realidad somos presa del viento, de la lluvia y de mil adversidades que al final son las que verdaderamente determinan nuestro futuro. Y nuestra vida, fugaz, pasa inadvertida para muchos, y en unos instantes ya no seremos recordados.
No somos nada, no somos nadie, vivimos y morimos, y simplemente cumplimos una función dentro de un ecosistema que existe prácticamente sin intención alguna, somos el resultado de la inercia generada de una gran explosión que conocimos durante nuestros años de vida como el "Big Bang" principio de todo... nosotros... solo el resultado, solo la consecuencia inmediata de un hecho sin importancia y como la mayoría, al azar.
Sin embargo, las pequeñas partículas que se mueven a nuestro alrededor nos dan la sensación de existir, y nuestro eterno egocentrismo humano nos hace protagonistas de aquello a lo que llamamos vida, somos el centro de todo y nadie podría hacernos pensar diferente, como si existiera alguien que pudiera contradecirnos... es estúpido decir tener la razón cuando no hay nadie más que pueda opinar diferente.
Rauda la noche invade todo el espacio, como siempre, el mismo ciclo ocurre miles de veces una y otra vez. Y nosotros nos preocupamos por todas aquellas pequeñas insignificantes cosas que suceden a nuestro alrededor. Jugamos a llamarnos humanos, e inventamos una mentira en la que nos refugiamos todos los días de nuestra vida para no sentir la incertidumbre de no ser nada, y de no saber qué podría suceder en el instante siguiente.
Asumimos papeles y montamos una gran obra de teatro donde todos somos protagonistas, inventamos personalidades, formas de pensar y tratamos de diversificar al maximo para ser originales, logrando solo uiformarnos más.
Desafortunadamente para nosotros, no somos tan buenos actores y cada segundo en algun lugar del mundo alguien olvida las líneas de su parte y deja al descubierto la triste naturaleza humana, mostrando que solo somos animales, que nacemos, vivimos, nos reproducimos y morimos como cualquier otro, con la diferencia de que le damos una explicacion a todo lo que hacemos.
Al final, todos buscamos seguir con el ciclo de las cosas, irónicamente cada vez que alguien olvida las líneas de su parte del libreto lo calificamos como "malo", dándole importancia inútil y no aceptando ser ésa nuestra naturaleza...
...al final... todos somos una manada de perros y de perras que al igual que nosotros los humanos, los machos superan en número a las hembras en el momento del cortejo y ellas se pasean frente a sus zánganos ofreciéndo y regalando su preciado manjar para ser fecundado y lograr el mantenimiento de la especie.
...al final... todos somos una manada de perros y de perras que al igual que nosotros los humanos, los machos superan en número a las hembras en el momento del cortejo y ellas se pasean frente a sus zánganos ofreciéndo y regalando su preciado manjar para ser fecundado y lograr el mantenimiento de la especie.
Lo verdaderamente interesante, es cómo vemos a esas otras pequeñas e insignificantes mariposas convertirse en demonios de fuego que arrancan con sus garras nuestros corazones, los hacen pedazos, cuando nunca en realidad existió tal bella mariposa, siempre fué un animal más en el macabro equilibrio de una cadena alimenticia, en el sádico equilibrio de un ecosistema funcionante.
Añadimos sentimientos y sensaciones a todo lo que hacemos, y nos hacemos cada vez mas a la idea de ser protagonistas de todo, olvidando nuestra predestinada y triste existencia por azar, matizando con mil colores nuestro revolotear por la vida, engañándonos todo el tiempo sin ver que solo somos perros...y perras.
Luis Alberto Parra Hernández
Luis Alberto Parra Hernández
"No somos nada, no somos nadie, vivimos y morimos, y simplemente cumplimos una función dentro de un ecosistema / protagonistas de aquello a lo que llamamos vida, somos el centro de todo / ...al final... todos somos una manada de perros y de perras..."
ResponderEliminarTe felicito bro! Excelente!