La noche ya ha retomado el control del mundo... se posa sobre la faz de la tierra cubriéndolo todo, protegiéndolo todo, calmándolo todo; la brisa dobla las palmeras, las hace danzar al ritmo de una triste melodia, casi un ritual secreto.
La vida pasa frente a nuestros ojos y el mundo gira a la misma velocidad siempre, no importa lo que suceda, al final nadie es indispensable.